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¡Hay equipo!

El equipo operativo de la Lucha Antigranizo en Mendoza es de un nivel destacadísimo.

Piensen ustedes el temple de los veinticinco pilotos que se acercan a nubes con súper celdas luchando contra viento y precipitaciones a miles de metros de altura. Imagínenlos prestos para intervenir a la hora que sea. Aun con nervios de acero, el nivel de estrés es altísimo.

La mayoría, para combatirlo, desarrolla una constante actividad física con caminatas, trotes, natación y/o gimnasio.

Además, mentalmente deben estar cien por ciento; un mínimo error puede ser fatal. Y, en el caso de la temporada actual, el famoso Niño, hizo que no sea de las llamadas “tranquilas”.

Esos valientes pilotos cuentan con un apoyo logístico a la altura de las circunstancias: los operadores que controlan los cuatro radares y unos cuarenta mecánicos, todos al pie del cañón, todos en una lucha desigual como lo es la que se libra contra contingencias climáticas.

Cuando ese flagelo llamado piedra nos castigue, antes de la crítica fácil, pensemos.

Por Roberto Armando Bravo.

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