Cuando decimos primero nos referimos al que inauguró una serie de encuentros consecutivos jugados durante el nuevo milenio. Antes hubo versiones aisladas a partir del segundo lustro de los sesenta.
Dios sabe porqué hace las cosas
El partido del año 2000 estaba previsto para el sábado 29 de abril. La cuestión es que llovió, y el pronóstico no era nada alentador para el día siguiente por lo que no quedó más remedio que jugarlo el lunes primero de mayo.
“¿El día del trabajador?”, “¿Irá gente?” fueron algunos de los interrogantes que la situación planteó.
Lo cierto es que los muchachos no podían creer la cantidad de alegres y relajados espectadores que había en la cancha de Deportivo Argentino una hora antes del comienzo.
Y crecía: muchísimas mujeres accedían por el portón de Belgrano y Rodolfo Iselín portando bolsos con el mate y un alimento no perecedero que sería donado. Los hombres que acompañaban y los niños le daban a la concurrencia características de familia.
Con varios especialistas en calcular la cantidad de gente, se estimó la presencia en unos 2.500 espectadores.
Miles de kilos en donaciones
La emoción solo dejaba lugar para una certeza: se había vivido una verdadera fiesta que se repetiría cada 1ro de mayo. La hermosa realidad llevó a redoblar la apuesta; “¿Si se llenó Deportivo porqué no Pedal o Huracán?”, y las ediciones siguientes se jugaron en la Fortaleza y en el Gigante. Y también se colmaron de gente.
Y las donaciones fueron extraordinarias, a punto tal que la Municipalidad prestó camiones para llevar hasta los depósitos alimentos, ropa, pañales descartables y demás.
En 2003, además de lo citado, se solicitó Agua Mineral para asistir a los damnificados por las inundaciones en Santa Fe. Bien entrada la noche, el matrimonio Chirino y sus Scouts, empleados de ambos medios y hasta sus familiares, clasificaban en el sector donde hoy se levanta el Polideportivo Tricolor. Luego de Rosario, Capital y Provincia de Buenos Aires, la mayor donación fue la de los sanrafaelinos. Orgullo total.
A Dios hay que ayudarlo
Si bien aquella primera vez el impensado cambio de día ayudó, no es menos cierto que la gente de la radio decana y el canal del indiecito (con el aval y estímulo de sus directores Ana Manzano y Omar Abraham, respectivamente) fueron creando el clima en los días previos con ingeniosas y picantes promociones. Ello propició que la gente fuera definiendo su preferencia y, ya en las tribunas, alentara y mostrara pancartas sin temor a la violencia. Además se divertía: “¡Tan buenos con la lengua y tan malos con los pies…!”.
Con el fútbol como excusa, el clásico LV4-Telesur tuvo vigencia durante una docena de años generando expectativa, alegría y posibilitando una invalorable ayuda; los medios cumpliendo con su rol principal: estar al servicio de la comunidad.
“Fue bueno mientras duró” ¡Buenísimo!
Por Roberto Armando Bravo.
Gracias Roberto, primera vez que alguien se acuerda de nombrarnos. Fue maravilloso. Como aquel penal inventado con el que nos ganaron 1 a 0. Lo vimos en la pantalla. A pesar que el Rafa después se enojó por la broma (editamos un foul fuera del área y lo mostramos como que fue penal inventado). Perdón Rafa. O aquella pantalla tipo Crónica TV que daba cuenta de la suspensión del partido por el frio y que decía: «al frío le llaman miedo. Arrugó LV4″… A partir de ahí, el folclore antes de cada partido, era una serie de chanzas, algunas fuertes, pero que era lo que convocaba a la gente para ir a vernos. Un recuerdo imborrable. Hay que repetirlo!!!