La radio, teatro de la mente, nos hacía vivir por 1965 las emociones del fútbol de A.F.A.
Cada “alerta Curcu” preparaba para saber qué había sucedido en alguna de las otras canchas, más allá de la transmisión central que, casi invariablemente, seguía a Boca Juniors o River Plate.
Triunfo de coterráneos
Aquellas informaciones generaban la expectativa de algún gol mendocino: por caso, de Roque Avallay.
Eran sus comienzos en el primer equipo argentino en ganar la Copa Libertadores de América: Independiente de Avellaneda. Claro que, tenía que ganarse un lugar con titulares como Raúl Bernao, Mario Rodríguez y Raúl Savoy. No obstante, cada vez que tenía la oportunidad, la aprovechaba. En los Rojos jugó veinte cotejos en dos temporadas, y convirtió cinco goles.
Con Tazare
Sin lugar en un equipo de estrellas, de 1966 a 1969 estuvo en Newell’s Old Boys de Rosario con el arquero Eduardo Aníbal Tazare.
En el Globo
En 1970 lo contrató, a cambio de muchos pesos, Huracán de Parque de Los Patricios. Tres temporadas después, por el juego de Carlos Babington, Miguel Brindisi y compañía, y los consejos de César Luis Menotti, estalló el gran goleador y surgió uno de los campeones más recordado de la historia nacional.
Velocidad y goles se ajustan a la síntesis de lo que fue Roque Avallay, quien también anotó su paso por Atlanta, Chacarita (entonces ambos de Primera) y la contra de Independiente: Racing Club.
“¡Alerta Curcu… gol de Independiente: Avallay a los 20′!”.
Por Roberto Bravo.