Quiso pegar el salto, saber cómo era Buenos Aires y, en 1980, jugó en Deportivo Muñiz de la «D». Al poco tiempo pegó la vuelta. Su momento más importante llegó en el Nacional 1981 donde, de suplente sin aspiraciones, jugó en gran nivel los últimos diez partidos.
Al año siguiente, lo contrató el Deportivo Roca (Río Negro) para otro nacional. Para los Naranja disputó once cotejos y hasta marcó un gol.
Preferido del D.T. más ganador del fútbol sanrafaelino (Eleazar Tercilla), lo acompañó cuatro temporadas en equipos pampeanos: All Boys de Santa Rosa y Ferro de General Pico.
En 1987 retornó a San Rafael convocado por Sportivo Balloffet. Con los Cruzados ganó el ascenso y el primer campeonato en el ’88. Después, continuando con su camino exitoso, se consagró campeón con Sportivo Pedal Club en el ’91.
Un año más tarde volvió a Huracán jugando un gran Torneo del Interior que depositó al Globito en las instancias definitivas de los zonales. En el ’94 volvió a dar la vuelta con Balloffet.
Un ganador, el Mono Montes. Un jugador muy importante, también.
Por Roberto Armando Bravo.