Agosto de 2014. Me vio y sonrió, pese a que esos días, antes del domingo 24, su ánimo no era el de siempre.
“Siéntese, maestro”, propuso (pese a mis objeciones de siempre por lo de “Maestro”), y dejó libre un costado de la cama que ocupaba en el Hospital Español.
Lo primero, fue congratularnos por el San Lorenzo campeón de América. Luego conversamos del fútbol sanrafaelino, en general, y de su Pedal en particular.
Después me dijo: “Cuando salga de esta (creo que sabía que no saldría), quiero que organicemos un partido a beneficio de La Casita de Malén, la que lucha contra el cáncer infantil”.
“Seríamos los veteranos de Pedal contra los de Huracán, con muchachos de otros clubes como refuerzos, y también podrían armar otro partido ustedes, los periodistas”, añadió.
A diez años de su partida, hoy cuento el deseo noble de un hombre noble.
*La Casita de Malén está ubicada en Cabildo 247, junto a la Fortaleza de Cemento. Es una iniciativa de la Asociación de Jóvenes por la Lucha Contra el Cáncer Infantil y se convertirá en el primer centro de contención para niños y niñas con enfermedades oncológicas del sur mendocino.
Por Roberto Armando Bravo.