Su partida produjo conmoción en los ámbitos deportivos, fundamentalmente el sanrafaelino. La incipiente primavera de hace cuatro décadas, hizo brotar lágrimas: el día del maestro moría Mario Cirujano Ortiz.
Muchos recordaban esa picardía innata y la simpatía para entablar conversaciones con sus interlocutores eventuales que se hacían lustrar los zapatos en las calles sanrafaelinas, aun cuando se iba haciendo famoso a fuerza de golpes, habilidad y coraje, en aquellas inolvidables veladas del Sportivo Pedal Club.

Cuando aquí ya no tenía rivales, se hizo profesional y partió a Mendoza.
Y Mendoza también le quedó chica: tenía destino de Luna Park. En el escenario de Corrientes y Bouchard, llenó y se erigió en ídolo hasta consagrarse Campeón Argentino de los Livianos al vencer a Nicolás Arkuzyn, a quien “extirpó” en abril de 1977.

La pelea por la corona sudamericana estaba pactada y una por título mundial era más que factible. Pero el destino no lo quiso; fracturas recurrentes en las manos eran síntomas de lo peor: un tumor afectaba su columna vertebral. Tenía solo 24 años. Su muerte fue una verdadera pena.
Y el fútbol dijo presente para homenajearlo y dar una mano: en octubre de 1978, las mutuales de San Rafael y Mendoza jugaron un partido nocturno en Huracán y el producido por una importante concurrencia se tradujo en un cheque entregado a la esposa del Cirujano.

Por Roberto Armando Bravo.
Cómo no recordar aquella pelea por título sudamericano,cuando la hizo con una sola mano por una severa lesión….campeon un gran campen….pegadito a radio acá en comodoro Rivadavia,yo,tenía 18 años hoy 65….