En el fútbol
Promediando los setenta, Armando incursionó en el ámbito futbolístico sanrafaelino aportando jerarquía: fue el primer traumatólogo que tuvo la LSRF y por ende sus fantásticos seleccionados. También contaron con sus servicios diversos clubes, especialmente el Sportivo Pedal Club.
En aquellos años, había un consultorio en el Sanatorio Mitre (Hipólito Yrigoyen casi Buenos Aires) donde Dauverné trataba las afecciones de los deportistas. Sus conocimientos y experiencia merecían frecuentes consultas de traumatólogos, cirujanos y deportólogos de otros lugares.
Hasta promediando los noventa (cumpliendo dos décadas de fecundo trabajo en el deporte) fue el médico de la mayoría de los clubes que jugaban los Torneos Federales. En otros lugares, en varias oportunidades, asistió desinteresadamente a dirigentes, simpatizantes y periodistas que presentaran algún problema de salud.
En el Boxeo
En los años ochenta también fue médico en las veladas boxísticas del Polideportivo N° 2 y otros escenarios. Una anécdota: en abril de 1987, en el campo de juego de Pedal, se enfrentaron el sanrafaelino Pancho Quiroga y el mendocino (ranqueado nacional e internacionalmente) Ramón Balbino Soria.
La definición del combate sorprendió a todos: Soria cayó sin que existiera golpe. Armando Dauverné echó luz sobre el asunto explicando que el nocaut se debía a un golpe anterior que, como impactó en el hígado, produjo un efecto con retardo. Fue una lección generosa: muchos aprendimos aspectos médicos de un KO infrecuente.
En la política
Armando Dauverné fue un emblemático dirigente del Partido Justicialista siendo diputado provincial (m.c.). Asimismo, incursionó en la función pública como director del Hospital Teodoro J. Schestakow (en dos períodos), lugar donde durante años fue integrante y jefe del Servicio de Traumatología. Además, se desempeño al frente de las áreas local y provincial de salud.
Perseguido político
Los padres, hermana, cuñado y el propio Armando Dauverné fueron víctimas de la dictadura sufriendo persecución ideológica, apremios, arrestos y torturas físicas y psicológicas. El Dr. Armando Noguer (uno de los propietarios del Mitre) dijo en una oportunidad: a los directivos del Mitre nos presionaron mucho para que lo echáramos. No lo hicimos. Le teníamos mucho afecto por buen chico y excelente profesional.
Más allá de sus roles sociales, Armando Dauverné fue un tipo humilde, cálido que, por su don de gente, supo ganarse aprecio y respeto. Hasta siempre, amigo Doctor. Descanse en paz.
Por Roberto Armando Bravo/Roberto Bravo.