Nadie pone en duda que las cárceles no brindan un espacio físico acorde para que los reclusos cumplan su pena apropiadamente. Si esto falta, la reclusión no será digna y hasta probablemente salgan con un importante grado de resentimiento teniendo la reinserción social un gran signo de interrogación.
El Gobierno de Mendoza (dentro del plan de seguridad y a partir de la declaración de la emergencia) ya tiene decidida una importante partida para el rubro cárceles. San Rafael no contará con una nueva; aquel proyecto de construirla en un predio de Colonia Elena ha quedado para mejor oportunidad. Empero, los números obligan a hacer una ampliación. La penitenciaría de avenida Mitre y La Pampa tiene una capacidad para 250 presos y están alojados unos 425 (un 70 % más).
Personal penitenciario, que entiende del tema, está abocado a la elaboración de un proyecto que sugerirá al ministerio dónde construir. Con fundamento, podría suponerse que no hay posibilidad de ampliar las instalaciones de la cárcel propiamente dicha. Entonces, la alternativa es la Colonia Penal Sixto Segura ubicada en calle Tirasso, El Cerrito. Allí hay espacio suficiente (8 hectáreas) para realizar la obra.
De todos modos la situación plantea un par de interrogantes. El primero es que, indefectiblemente, compartirán el mismo predio reclusos en fase de confianza y otros. Se podrán hacer divisiones, pero el lugar será el mismo.
El segundo es un posible rechazo de los vecinos que, tiempo atrás, objetaron que se agrandaran las instalaciones para alojar más reclusos, algo que, finalmente y con esfuerzo, las autoridades de entonces pudieron concretar.
Está el cómo, falta el dónde.
Por Roberto Armando Bravo.
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