Estaban lejos pero, paradójicamente, cerca. En aquel tiempo los grandes equipos de AFA, de los que sus hinchas sabían cosas por radio, diarios y revistas, se presentaban con frecuencia en el interior del país. Estaban cerca.
Hoy, además de los medios citados, la TV muestra hasta el tatuaje de los cracks: se sabe todo, pero no vienen. Se diluyó aquella hermosa expectativa de descubrir cosas.
Por ejemplo, en aquel partido en el departamento de Godoy Cruz, muchos se asombraban porque, al darle el sol, la cabeza enrulada del moreno brasileño Paulo Valentín parecía dorada, rubia.
La síntesis e ilustraciones, por demás elocuentes, traen a la memoria sensaciones que vivieron muchos sanrafaelinos en la inauguración del estadio Ingelmo Nicolás Blázquez de Andes Talleres.
Por Roberto Armando Bravo.