Asomándose cada tanto por el túnel, los chicos sanrafaelinos, absortos, tratan de grabar a fuego las imágenes que captan sus ojos. Están en el Estadio Mundialista de Mendoza; ese Templo donde se jugaron partidos por un Campeonato Mundial (Argentina ’78). En minutos sabrán lo que es pisar un césped único.
Mientras tanto, viven con ilusión la previa de la final provincial 1979 del Campeonato Juvenil que los pondrá frente a frente con Tunuyán.
Todo lo que les sucede es una carga emotiva adicional y hay esfuerzos del entrenador Mario Saromé para meterlos en lo que será el partido definitorio.
Durante y después de los 90
Hubo juego intenso, por momentos muy bueno, con destellos de uno y otro. Finalmente la victoria quedó para los Celestes: Omar Golbano, con personalidad, hizo honor a la cinta, pidió la pelota y, desde los doce pasos, sacó un zurdazo potente (Golbanazo) y bajo que ingresó cerca del palo izquierdo. Golazo aunque fuese de penal.
Al final, en medio del alborozo generalizado de jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y miles de hinchas sureños que reventaron la cabecera sur, el Capitán levantó la copa que esa vez se miró y se tocó como para saber que no era un sueño.
Afortunadamente no lo fue: estaba surgiendo una camada que daría muchas satisfacciones al fútbol sanrafaelino.
Por Roberto Armando Bravo.
Recuerdos hermosos de tiempos vividos – En un Grupo unido y un mucho trabajo (cuerpo técnico – jugadores – colaboradores) única forma de lograr buenos resultados – Honrrado de haber formado parte de este proceso – Abrazo de Golll