Juan Carlos Giménez fue un boxeador muy convocante. Hacia finales de los sesenta, él, Cirujano Ortiz y Chiqui Quiroz aseguraban lleno total en el viejo salón del Sportivo Pedal Club. Esa fue la primera etapa de su carrera como boxeador.
Cuando segunda partes son buenas
El retorno del Puma a los cuadriláteros se produjo en 1984. Habían transcurrido trece años (con todo lo que se pierde en un deporte tan competitivo), empero estaban intactas actitud, buen boxeo y, primordialmente, potencia en los puños.
Así, conquistaría el Título Provincial Liviano en octubre de 1985 y lo mantendría el 21 de diciembre del mismo año.
En aquella noche Entre las Cuerdas del Ring (33 años, hoy), Giménez expuso el cetro mendocino ante Miguel Ángel Pereyra.
Fue una pelea durísima donde la luz de ventaja en favor del Puma fue mínima. Pero eso solo hace a la estadística. Sí hay que destacar el escenario dónde se realizó: el teatro griego del Parque Hipólito Yrigoyen, algo que no volvería a repetirse.
Se estimó la presencia de unos 6.000 espectadores y, luego del fallo, fue tal la euforia que decenas de fanáticos subieron al ring que no pudo soportar tamaño peso y se derrumbó, afortunadamente sin consecuencias físicas para nadie.
Más allá de las tarjetas, hay coincidencias; hechos de tal magnitud solo son generados por ídolos como el Puma Giménez.
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Por Roberto Armando Bravo.
