Bien podría decirse que aún no se habían acallado los ecos de la obtención de la primera Copa del Mundo en aquella recordada final Argentina 3 – Holanda 1.
Apenas habían pasado cuatro meses y algo y se presentaba en San Rafael la Selección Nacional Juvenil que, dirigida por César Luis Menotti, se preparaba para jugar el Sudamericano de Uruguay donde lograría la clasificación para el primer Mundial Sub-20 que ganaría el mismo año en Japón.
La presencia de Diego Maradona por sí sola despertaba enormes expectativas. Claro que aquel combinado tenía otros jóvenes, titulares en distintos equipos y con gran proyección, tanto que muchos fueron figura en Argentina y otros países.
Y, además, funcionaba como equipo. El 3 de noviembre, en Tucumán, había vencido al mítico Cosmos de Nueva York por 2-1. El primer gol lo marcó Diego y armó el segundo gambeteando a tres y diciéndole al puntero izquierdo Barrera, “tomá, hacelo”. El descuento yankee llegó por Giorgio Chinaglia.
Al final del encuentro, el gran Franz Beckembauer vaticinó: “Maradona será el mejor jugador del mundo”. A la semana siguiente, la Selección goleó a Huracán en Parque de los Patricios 7-4 (Escudero, Maradona, Meza, Barrera, Barbas, Torres, Lanao).
¿Y los nuestros?
La Selección Sanrafaelina había sido noticia nacional e internacional cuando, en la inauguración del Estadio Mundialistas de Mendoza, había vencido al combinado de la Capital Provincial 3-1. (Mundial ’78: 40 años – Inolvidable inauguración del Estadio Provincial).
El D.T. José María Machado tuvo que modificar medio equipo con relación al 14 de mayo. Apeló a la experiencia de Eduardo Aníbal Tazare para el arco; armó la zaga con Pedro Sartirana y Orlando Lobos; en las orillas optó por Rodolfo Oliva y Luis Calzada; en el medio, por los costados de Luis Celdrán y Roberto Raúl González, fueron carrileros Oscar Longo y Ramón Francisco Ortiz y bien de punta Oscar Alfaro y Juan Carlos Ureta.
Una de las claves de la victoria Celeste fue la gran tarea de Pelusa Longo, que no solo anuló a Diego Maradona sino que distribuyó, se proyectó y marcó el primer gol tras una cerebral jugada de Celdrán.
Promediaba el primer tiempo. Antes que se fuera la fracción, hubo otra gran emoción en la valla sur de la Fortaleza de Cemento: corner por Pucho González, el Gringacho Ortiz que la fue a buscar apurando a Alves que la peinó a la red. 2-0.
El complemento fue distinto. San Rafael cedió la pelota y parte del terreno aunque se defendió muy bien, mayormente con la pelota, y sus delanteros siempre inquietaron. Roque Paolantonio y Juan Ramón Samaniego ingresaron y también rindieron.
Aun así, los juveniles descontaron por Alves (toque de Maradona en un tiro libre) pero siguieron cortados los circuitos de generación, especialmente el de J. J. Meza – Maradona y Ramón Díaz.
Tras el final, ardieron las manos y enronquecieron las gargantas de los cerca de 10.000 espectadores: “¡San Rafael! ¡San Rafael!”.
Pos encuentro, en el Jockey Club, algunos de los jugadores de César Luis Menotti atribuyeron la derrota a que “nos agrandamos porque le ganamos al Cosmos” o a que “regalamos el primer tiempo”.
Lo cierto es que el resultado fue el fiel reflejo de lo ocurrido: San Rafael había superado con claridad al seleccionado nacional. Tal vez por eso el D.T. Campeón del Mundo prefirió destacar “las convicciones” de sus dirigidos y expresar su “fe” en el futuro.
Cómo sería la riqueza futbolística sanrafaelina que, en el preliminar del jueves 16 de noviembre de 1978, otro combinado local derrotó a General Alvear por 4-1. Así formó: Orlando Murcia; Ricardo Chiaradía, Héctor Salinas, Antonio Montes, Jorge Montecino; Luis Martínez, Raúl Babusci, Omar Tobares; Ricardo Maravilla, Hugo González, Daniel Bonicelli.
También jugaron Alejandro Allende, Luis Basán, Ortiz, Juan Tavares y Ricardo Basly.
Por Roberto Armando Bravo/Roberto Bravo.
En esos dos partidos jugó mi marido Pedro Miguel Sartirana le regalaron la pelota firmada por Maradona
Hola Norma, tanto tiempo. No se si nos recordas. Soy el Pelusa Longo, compañero de Pedro en el Sportivo Pedal Club,, de San Rafael. Nosotros nos juntabamos seguido en tu casa, junto a mi esposa Gladys. La verdad, es una gran alegria saber de vos. Espero que te pueda llegar el mensaje. Desde ya gracias y te mando un fuerte abrazo !!!!!