Por el ’69, Alfonso Pastor tenía un dilema para formar la selección que debía disputar una nueva edición de la Copa Adrián Beccar Varela (Campeonato Argentino).
El entrenador debía enfrentar uno de los desafíos más lindos: dudar a quién poner porque hay más de uno bueno por puesto.

Los que generalmente salían como titulares eran: el Conde Sánchez Saavedra; Novak, el alvearense Horta, Perico Rebolloso y el Loco Carricondo; Pepe Abba, Piri Ahumada y Buti Giordano; Oscar Caro, Rubén Cano y Víctor Cittadino.
Y, además, podía contar con Labarta, Pablo Pedernera, Entrerríos, Montenegro, el Negro Loyola, Pepe Weber, Carozo Ureta, Titi Di Menza y otros.

La competencia por los puestos suele jugar en contra de la conformación de buenos grupos aunque, afortunadamente, no fue el caso; aquel combinado tenía unidad, personalidad, calidad individual, jerarquía de equipo y, aunque por entonces no se hablaba mucho de táctica y estrategia, Pastor urdía juego y esquemas que se traducían en victorias. Tenía con qué.
Comenzó el certamen y San Rafael fue dejando rivales por el camino. Primero fue la poderosa Mendoza a la que eliminó en cancha de Pedal, luego Tunuyán para, finalmente, consagrarse en Rivadavia donde triunfó ante el local 3-2 con goles de Cittadino, Giordano y Cano.
Se había conquistado el primer Campeonato Provincial. El festejo en el este provincial y en San Rafael sería tan largo como merecido.
Por Roberto Armando Bravo/Roberto Bravo.