La dirigencia de Huracán decidió que haya Speedway en el Gigante de Pueblo Diamante. Recién Arranca y el pasado jueves fue mucha gente. Todo hace presumir que la concurrencia será cada vez mayor porque se van formando duelos cada vez más picantes.
Al suelo lo que es del suelo
Por avenida Mitre sacaron cuentas y lo recaudado en estas noches de Rugir de Motores se destinará a invertir en un césped sintético para la hoy destruida cancha de fútbol.
Si ello es posible, Huracán pasará tener una que siempre estará en excelentes condiciones. Es que, más allá de un celoso cuidado (como el que le dispensa don Domingo Alarcón) nuestro clima sistemáticamente pela los campos de juego en cada invierno, justamente cuando es imprescindible que estén en inmejorables condiciones para favorecer el buen juego.
Un poco de historia
El Speedway irrumpió en el San Rafael de los años setenta, sorprendiendo por su poder de convocatoria. Eran tiempos donde en los campeonatos locales de fútbol se vendían unas 1000 entradas de promedio por partido.
El primer club que lo trajo fue el Sportivo Pedal Club. En los años noventa la apuesta corrió por cuenta de San Luis y Las Paredes y en los dos mil por Deportivo Argentino y nuevamente Pedal (todo, sin rigor histórico).
A la altura de las temporadas más exitosas, estuvo la de Huracán en 1985; en motos de 100 cc brillaron Juan Popa Catay, Ricardo Gasca y Omar Gentile y en 200 Raúl Pericáz, Juan Zúñiga y Mario Cerbetto.
Hace 33 años la novedad fue la incorporación del Bicispeedway con categorías desde 4/5 años hasta 14/16.
Dieron espectáculo los Guardia (Ramiro, Cristian y Marcos), Edgardo Romero, Ricardo Ginestar, Jorge Morales, Marcos Radys, Sebastián Urrutia, Elvio Estrella, Jorge Garre, César Romero, Ricardo Sombra, Guillermo García, Mariano Sett y José, Oscar, Darío y Claudio Peregrín, entre otros.
Un cuadernillo distribuido por los organizadores, cuya tapa sirve de ilustración para esta nota, expresó: “Concluye una temporada que (con sus luces, escapes libres, emoción, incertidumbre por los resultados y cautivante atracción) ha consagrado al Speedway como el deporte por excelencia de la familia” (como ahora).
Ojalá que, a la hora del balance de estas noches, también se hable de “un éxito sensacional” en lo deportivo, social y económico como en 1985.
Por Roberto Armando Bravo.
