El domingo se consumó el descenso de los Rojinegros. Fin de la agonía.
2019 ha sido un año futbolísticamente malo. Lo bueno es que en el Salto lo saben y, pasado este momento de desazón y tristeza, comenzarán a realizar un diagnóstico más fino y a trabajar por la vuelta.
Es que los tiempos contemporáneos les han demostrado que es posible. A partir de los años dos mil, San Martín jugó casi el 40% de los campeonatos de Primera “A” (7 de 19), y eso marca una clara diferencia con lo que sucedió tras el primer ascenso de 1965: ninguna participación en el resto de esa década; tampoco en los setenta, ochenta ni noventa.
Definitivamente, el vaso está medio lleno.
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Por Roberto Armando Bravo.