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Rusia 2018: se profundizó la superioridad europea

Los jugadores de la mayoría de las selecciones europeas hacen gala de los gestos técnicos que nacieron aquí, en el Río de la Plata. Foto: www.eldia.com.

Vamos bajando la cuesta que arriba en mi calle se acabó la fiesta. Joan Manuel Serrat.

Se terminó el Mundial con un campeón indiscutible: Francia. Y dejó señales muy claras. Por ejemplo, se constituyó en el quinto de veintiún mundiales que no tuvo sudamericanos entre los cuatro primeros; eso solo había sucedido en 1934 (Italia), 1966 (Inglaterra), 1982 (España) y 2006 (Alemania).

Esa estadística es el reflejo de la realidad: las selecciones del Viejo Mundo tuvieron expresiones futbolísticas distintas y superiores con una transición rápida más allá de la tenencia. Por caso, Francia atacó a Uruguay pero le cedió el dominio a Bélgica y Croacia. Y a todos venció con autoridad, lo que habla también de versatilidad en lo táctico-estratégico.

En los semifinalistas las figuras no tuvieron que echarse el equipo al hombro; el juego colectivo posibilitó que aparecieran en los momentos claves. Así, desequilibraron  los Griezmann (Francia), Modrić (Croacia) y Hazard (Bélgica). Y todos agregaron actitud a la jerarquía (la revelación mundialista, Kylian Mbappé, hizo goles pero también se tiró a los pies de los rivales para sacarla al córner).

Nuestra Argentina (y en menor medida Brasil) fueron Messi o Neymar dependientes. Su juego fue poco expeditivo; la lateralización (en los sesenta se llamaba Fulbito) fue muy fácil de controlar.

Esto que hemos visto en el Mundial es reflejo de lo que sucede a nivel clubes: hace 15 años que un equipo argentino no es Campeón Intercontinental (Boca Juniors en 2003). Si hasta dio la impresión de que a algunos ganadores de la Libertadores los europeos les hicieron precio…

Todo tiene una explicación

Tras su eliminación en Francia ’98, Alemania tocó fondo y comenzó a usar el Método Coever para la formación de futbolistas.

Ese programa de entrenamiento se enfoca en trabajar al 100% la técnica y táctica individual del jugador, independientemente de la edad.

Los ejercicios son de uno contra uno y ponen el acento en pulir el control y la distribución de la pelota, como asimismo los disparos al arco. Es decir, en lugar de darle preponderancia a lo físico, Alemania trabajó en lo técnico dejando atrás la rusticidad que la había caracterizado.

De los cuatro mundiales posteriores, los germanos ganaron uno (Brasil 2014), fueron subcampeones en otro e hicieron suyos dos terceros puestos. Ese no fue un invento Teutón: ya lo aplicaban el Feyenoord y la selección holandesa (Naranja Mecánica) a principio de los setenta.

Por lo visto ahora, eso se masificó porque los jugadores de la mayoría de las selecciones europeas hacen gala de los gestos técnicos que nacieron aquí, en el Río de la Plata. Ya no hacemos diferencia con eso.

Hay una palabra que resume lo expresado: trabajo. Claro que para ello tienen que haber patrones que entiendan y capataces que ejecuten.

Se acabaron todos los márgenes para improvisar. Es eso o el conformismo de que “No perdimos con cualquiera; Francia y Croacia jugaron la final de Rusia 2018”…

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Por Roberto Armando Bravo.

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