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Personaje: Cacho Yáñez, el amigo del Yali

Llega trabajosamente a la Fortaleza de Cemento. Apoya la bicicleta en la platea baja y se sienta en una de las sillitas, aunque pronto estará prendido del tejido de alambre.

Partido despedida de Néstor Víctor Olmedo. “No faltó ninguno de los grandes jugadores de su época”, recuerda Cacho. Lucas Yáñez, Danilo Olmedo, Néstor Víctor Olmedo, Alejandro Yáñez y Román Olmedo. Detrás, Gregorio Quito Aranda, elegido por el Yali para dirigir a su equipo.

Los pedalinos ya conocen esa voz que da indicaciones a sus jugadores, los alienta, protesta al árbitro y chicanea a los rivales sin insultar. Y lo conocen desde hace mucho tiempo; para ellos es “el amigo del Yali Olmedo”.

Una infancia difícil

Yáñez nació afectado por el llamado Parálisis Infantil. “Mi abuelo proveía de pollos a los hermanos Di Césare (Pizzería Nápoles -San Martín y Day-), quienes le aconsejaron que me mandara al IRIS. La rehabilitación, aunque dura, fue muy buena y comencé a caminar a los cinco años; ya en el secundario atajaba en los torneos estudiantiles”.

En tal sentido, recuerda un campeonato que ganaron “por un penal que le atajé a Dante Cabrera, jugador de Huracán en los ’80”. “El Yali (Olmedo) me dijo: `amagale para un lado y tirate para otro´; le hice caso y festejamos”, añade.

El Bolilla

Por una idea de ese ingenioso hombre de radio que es Marcelo Cotela, en los años noventa Cacho fue protagonista de un recordado microprograma que se emitía por LV4 donde (“Desde el más allá”) hacía graciosos pronósticos sobre los números que podían salir en la Quiniela.

En su día a día, trabajó muchos años en Desarrollo Social de la Municipalidad de San Rafael.

El domingo, viviendo el Clásico a full.

Con Olmedo, inseparables

“El Yali llegó al barrio El Molino en 1970; yo tenía seis años y él doce; lo acompañaba a las canchas desde cuando jugaba en Juventud Unida del Matadero y en las Inferiores de Pedal. Años después a los bailes. Él no fumaba, no tomaba, ni trasnochaba. Llevaba una vida muy sana. Su único vicio era la pelota”, recuerda nostálgico.

Los domingos, nunca más

El domingo por la mañana era el día en que, durante muchísimos años, Yali y Cacho conversaban y desgranaban anécdotas en la agencia de Lotería y Quiniela que este tiene en El Molino.

Desde el domingo 24 de agosto de 2014, fecha del deceso del exfutbolista, “no pude abrir más los domingos” cuenta Yáñez.

River, su otra pasión

En 2014 con Enzo Francescoli y en 1986 con Carlos Karabin, Claudio Morresi y el Beto Alonso (hacer clic en la foto)

Lo importante son los colores

Aunque parezca obvio a esta altura de la nota, hay que decir que Cacho Yáñez es fanático de Pedal (“aunque ya pasaron veinte años sin títulos. ¡Que diferencia con los ochenta cuando fuimos tetra campeones!”).

Más allá de eso, como tantos otros, volverá el próximo partido porque los hinchas fieles sufren, gozan y creen y, porque en su caso, sabe que el duende del Yali se da una vueltita por la Fortaleza de Cemento cada vez que juega Pedal.

Por Roberto Armando Bravo.

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