El “Plan Estratégico Vitivinícola San Rafael 2030” de la Cámara de Comercio, Industria y Agropecuaria de San Rafael, es una muy buena decisión que, si fuera en el ámbito público, estaríamos definiendo como una excelente política de estado.
Con el aporte de otras entidades como el Fondo Vitivinícola de Mendoza, las Universidades (Nacional de Cuyo y Tecnológica Nacional) y la Sociedad Rural, entre otras, los ejes del plan pasan por fortalecimiento del mercado interno, promoción internacional, potenciación de los pequeños productores, revalorización de la marca San Rafael, la calificación de bebida nacional (hay bodegas y marcas emblemáticas para conseguirlo) y consorcio de tierras espumantes.
La estrategia, que tendrá continuidad los próximos catorce años, contempla, asimismo, aspectos coyunturales no menos importantes como precio, consumo, macroeconomía y factores climáticos.
Es infrecuente esta actitud, pero valedera para enfrentar estos y otros desafíos propios de una industria tan dinámica.
Por Roberto Armando Bravo.