A Mario Saromé le habían sorprendido gratamente las condiciones de un joven defensor de Huracán, llamado Germán.
En cuanto tuvo la oportunidad, lo convoco para integrar el seleccionado juvenil de 1979/80, aquel que ganara el campeonato provincial ante Tunuyán, en el Mundialista de Mendoza, y cumpliera tan destacado papel en la presentación ante la Rusia subcampeona del mundo en el mismo estadio.
Y Cebolla, como lo apodaban en Pueblo Diamante, cumplió. En ese 1980 tuvo otra satisfacción: fue la primera alternativa de Celucci-Rodríguez en el Huracán Campeón de la temporada. Al año siguiente tuvo continuidad, como central o lateral, en los tres frentes que tuvo por delante el Globito.
Cuando comenzó la temporada jugó algunos encuentros por el Torneo Regional (ciertamente muy competitivo). Ganarlo posibilitó a los Azuloro clasificar al Torneo Nacional. La simultaneidad de este con el campeonato local, hizo posible una mayor continuidad de Germán.
Seguramente en la memoria de muchos está el recuerdo de buenos cometidos cuando le tocó ser titular en el Nacional. Además, y para completar, también dio la vuelta por el certamen de la liga.
En el ’86 fue parte del plantel que cosechó otro título para las vitrinas huracaneras. Tentado por Eleazar Tercilla, se fue a Balloffet en 1988 y también ganó el primer título de la historia Cruzada.
Por aquello de que siempre es conveniente retirarse a tiempo, cuando todavía quedaba hilo en su carretel le dijo adiós al fútbol al final de esa temporada.
Por Roberto Armando Bravo.