¡Feliz cumple 65 Canario!

Los equipos que ascienden, conscientes de su realidad, juegan con inhibiciones. Es tan entendible como perjudicial. Es que no hay como la soltura porque, en definitiva, el fútbol es un juego.

Parados frente al problema

Alfredo Mondino (presidente y alma mater del Constitución de los setenta y ochenta) y su gente (dirigentes, socios, simpatizantes, cuerpo técnico y jugadores) sabedores de lo apuntado, decidieron encarar la participación en la “A” haciendo “de tripas corazón”; mostrando, a propios y extraños, fe y el mejor ánimo.

Pisando firme

Así, con esa actitud, se pararon frente a los grandes equipos de mediados de los setenta: Huracán, Pedal, Deportivo Argentino, Deportivo Goudge y el rival de barrio: Atlético San Luis. Así, lograron estar más cerca de los cuatro que de la zona del descenso.

Por supuesto que quienes materializaron la estrategia fueron, como siempre, los jugadores. Aquellos equipos Amarillos tenían una considerable cantidad de muchachos pensantes porque, cuando se acumula experiencia, hay más tiempo para poner las neuronas al servicio del juego.

Partido a partido se hizo evidente el peso futbolístico del Nene Gil, Marcos Macheroni, Adolfo Penrroz, Ricardo Chandía (“los viejos” del club) más el dinamismo de un cinco prometedor (Davichu Varas), el talento del Gaucho Aldo Javier Rodríguez, la velocidad de José Muñoz y los goles de Ortega y cía. Para destacar, asimismo, la actuación de un gran defensor: Najurieta proveniente de Luján Sport Club.

Cuando el Canario decida volver a cantar, habrá mucha gente contenta de escucharlo. ¡Que sea pronto!

Por Roberto Armando Bravo.