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¿Era necesaria?

A la luz de la realidad, sí. La Ley de Parto Humanizado legaliza un derecho inalienable de cada mujer: nada más ni nada menos que el de decidir la posición preferida para parir y quiénes le van a acompañar, por ejemplo.

Vale recordar los tiempos. Fue sancionada por el Congreso en 2004 (Mendoza adhirió el 2009) y reglamentada por el gobierno anterior en los últimos días de gestión. Más de once años.

En sus considerandos, expresa: “La mujer deberá recibir información fehaciente sobre embarazo, trabajo de parto, parto y puerperio y, de ello, deberán tomar debida nota los hospitales públicos, obras sociales y empresas de medicina prepaga”.

Porque este cambio, como todos, demanda un período de adaptación, sugerimos evacuar dudas enviando un mail a Defensoría a [email protected].

Por Roberto Armando Bravo.

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