Calurosa la noche de enero del ’94. Mucha gente en Pedal porque se presentaba nada menos que Peñarol de Montevideo (Uruguay). En frente, iba a tener a un Tricolor que ultimaba detalles para el Torneo del Interior próximo a comenzar.
El cuerpo técnico sanrafaelino, con Néstor Pipo Rossi a la cabeza, había dispuesto a Alejandro De La Riba; Sergio Cornejo, Ariel Rueda, Bonetti, Julio Omar Pedernera; Roberto Carrizo, Néstor Giacinti, Balbuena; West, Jorge Carrizo, Luis Rueda.
En el banco, y entre otros, Néstor Ulloa y los foráneos Sauco y Ponce que harían su presentación.
El partido tuvo muy poco de tal. Pedal no jugó a la altura de lo esperado pero, lo más sorprendente, fue la mediocridad, en algunos casos rayana en la torpeza, de Peñarol. Dudas a granel.
Arnoldo Avena, director de radio Armonía FM, con la perspicacia que lo caracterizaba, mandó un fax al club uruguayo y la respuesta confirmó las sospechas: “ningún equipo de nuestra institución está autorizado a presentarse en la República Argentina”, expresaba en uno de sus párrafos la respuesta del gerente Mirasol Sergio Peluffo. Después habría un pedido de informe del presidente de Peñarol a Julio Grondona.
Nunca se supo nada más y no hubo responsables que pagaran por aquella verdadera estafa a la credibilidad del fútbol todo.
Por Roberto Armando Bravo.