La prensa difunde con frecuencia distintos casos de abusos contra menores de edad. Comenzar, comenzaron hace siglos (algunos tienen fundadas sospechas que siempre existieron). Está claro que, con el correr de los tiempos, han ido creciendo de modo alarmante y, tan angustiante como eso es que, ya casi ni conmueven a la opinión pública.
De acuerdo a reportes de estadísticas internacionales, más de diez millones de niños sufren abuso sexual en el mundo, con una prevalencia de niñas en más del 70 por ciento de los casos según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
En la mitad de los casos, sostiene UNICEF, quienes atacan a los niños conviven con ellos, y de este total el 75 por ciento son familiares directos.
Solo el diez por ciento de casos de abuso sexual contra niños se denuncia y apenas el 1,5 por ciento se esclarece.
Al menos seis millones de chicos y adolescentes, según reportes de UNICEF, son víctimas de agresiones gravísimas en América Latina, y más de 80 mil mueren cada año por violencia familiar.
Afortunadamente algunos luchan contra un flagelo que no puede resultarnos indiferente y al que debemos combatir denunciando la menor sospecha.
Por Roberto Armando Bravo.
