Así se debe manejar. Básicamente significa estar predispuestos a resignar derechos ante la posibilidad de que sean avasallados.
En las calles de ciudad no todos respetan “la derecha”, por lo que hay que disminuir la marcha sin que interese quién tiene la prioridad. Es necesario un desplazamiento que permita frenar cuando aparezcan peatones por donde no se los espera. La bocina es siempre una buena opción, más allá de que a algunos se les ocurra lo contrario.
En el tránsito por las rutas se impone usar el cambio de luces permanentemente. Esto advertirá sobre un sobrepaso indebido y hasta podrá espabilar a algún adormilado. También es importante “barrer” con la mirada el ancho de la ruta; las nuestras, las mendocinas, cada tanto presentan la sorpresa de animales cruzándolas.
Finalmente, aunque debiera estar en primer lugar, se debe respetar la velocidad máxima en todos los casos.
Quienes se quieren y quieren a los suyos, manejan a la defensiva sin que importen “los otros”.
Por Roberto Armando Bravo.