En el sur mendocino la producción no se incrementó. Más aún: será levemente inferior al período precedente.
Atentaron las inclemencias climáticas directas (heladas, granizo) e indirectas: enfermedades en los cultivos por las excesivas lluvias.
Los distintos sectores de nuestro campo entienden que el volumen de duraznos y ciruelas (el fuerte nuestro) puede ser perfectamente absorbido por la industria, aunque no al punto de la especulación; está lo justo y quien quiera comprarlo tendrá que ofertar lo razonable.
Este escenario no permitirá una recomposición de valores, como aspiran los productores, pero tampoco los tirará más abajo.
Que la resultante se repita año a año significa que los productores no están bien representados. Lo extraño es que muchos de los que se han puesto a la cabeza de ellos, productores también, han encontrado la fórmula mágica para crecer en un tiempo de vacas flacas aunque no estemos hablando de ganado.
El estado puede asumir una especie de rol representativo instruyendo sobre sistemas cooperativos.
“Un socio, un voto”.
Por Roberto Armando Bravo.
