in

9 de diciembre de 1962

A la distancia, hoy tenemos la sensación que el tiempo transcurría más lentamente hace 55 años. O había menor cantidad de acontecimientos (y menos promocionados). ¿Quién sabe? Lo cierto es que, en materia futbolera, en los cafés céntricos de San Rafael todavía se comentaban las tres finales que protagonizaron Deportivo Goudge y Huracán y le posibilitaron a los Celestes obtener el segundo título de su historia.

Pero vamos a Buenos Aires, al campeonato de A.F.A. porque, el 9 de diciembre de 1962, por la penúltima fecha, Boca Juniors recibió a River Plate en una bombonera colmada por unos 60.000 espectadores (antes prácticamente no habían plateas).

Ambos llegaban liderando con treinta y nueve puntos por lo que, el que ganara, podría comenzar festejar. Y Festejó el Xeneise. Triunfó 1-0 (Paulo Valentím de penal) aunque sufrió faltando 4′ cuando cobraron penal para los Millonarios que no cambió el resultado porque Antonio Roma le atajó el disparo de once metros al brasilero Delém. ¿Si se adelantó? ¡Claro! Pero, como dijo el árbitro Nai Foino a los jugadores riverplatenses que le protestaron, “¡Aire, aire; Penal bien pateado es gol!”.

La alegría boquense fue tal que parecía que allí se había definido el torneo, algo que sucedería una semana más tarde cuando le ganó 4-0 a Estudiantes de La Plata.

El partido se convirtió en un mito del fútbol criollo. Se han escrito millones de líneas de la más variada naturaleza, como el cuento ¡Atajó Roma!, de Aldo Riera, que narra de modo singular una historia simultánea al match en un pequeño pueblo. Aquel domingo 9 de diciembre se corría una tradicional competencia ciclística. Cuando estaba a punto de ganarla por primera vez el más entusiasta y lerdo competidor, toda la gente (incluidos cronometristas y planilleros) se fue a escuchar el penal que tiraría Delem, por lo que no hubo testigos ni registros de la victoria del esforzado ciclista.

El cuento graficó con meridiana claridad la expectativa que había despertado aquel Boca – River.

Compartimos la grabación en la que el maestro Fioravanti narra los hechos (incluido el gol, el penal atajado y un diálogo con Roma); la fue obsequiada por el propio Fioravanti a Arnoldo Avena y César Robles (Cosmodeportes). También la filmación compartida en YouTube por el usuario Diego Escandarani.


Por Roberto Armando Bravo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Diego Paolantonio: “nunca se negoció mi continuidad”

Por la remontada