Que una Selección Nacional de Fútbol se presentara en el interior era una rareza. Que lo hiciera en una ciudad que no era capital de provincia, rareza y media.
Para 1980, San Rafael había tenido el privilegio que la Selección Nacional ya hubiera jugado dos veces en Pedal (1974 y 1978); el año comenzó con la presentación del Combinado Preolímpico y seguiría el 26 de noviembre con la Selección Nacional.
Los equipos
El combinado que dirigía César Luis Menotti, conservaba media docena de los titulares que, dos años antes, se habían consagrado Campeones del Mundo. Así formaron aquella noche: Héctor Baley; Jorge Olguín, Luis Galván, Daniel Passarella, Víctor Ocaño; Juan Barbas, Américo Gallego, Daniel Valencia (Carlos Fren); Alejandro Dévole, Leopoldo Luque (Jorge Cechi), Ramón Díaz.
Por el lado anfitrión (San Rafael, Mendoza y General Alvear), el D.T. Víctor Legrotaglie puso este equipo en cancha: Juan Reggi; Ricardo Chiaradía, José Mémoli, José Vicino, Luis Calzada; Roberto Raúl González, Guillermo Herrera, Carlos Quiroga; Roque Paolantonio, Enrique Brandán (Roque D´alesandro), Víctor Nicollier.
Mejor el provincial
Los primeros 20′, el local fue superior a partir de un planteo de igual a igual donde el Pucho González manejó la mitad de la cancha y la velocidad de Roque Paolantonio hizo estragos en el sector izquierdo de la defensa Albiceleste.
“Aquí mando yo”
El cordobés Ocaño lo corría de atrás al Roque. Eso se repitió hasta que Passarella gritó “¡Dejalo!” y lo embistió haciéndolo volar por los aires. A Paolantonio le dolían hasta las ideas. Tras cartón, luego de una veloz corrida, Dévole definió bien y abrió el marcador. El puntero (18 años) aún no había debutado en la primera de Ferrocarril Oeste.
Antes que finalizara la primera etapa, llegarían otros tres goles, convertidos por Barbas, Díaz y Passarella. En el complemento, los Campeones del Mundo ahorraron energías, dejaron hacer a los mendocinos que pudieron descontar de no ser porque Chocolate Baley le atajó un tiro penal a Paolantonio a diez del final.
A falta de la distinción que ponía Diego Maradona, la Selección Nacional brindó una demostración de practicidad y contundencia aplaudida por las 10.000 personas que coparon la Fortaleza de Cemento.
El homenaje a Cantilo
El rol de Alfredo Cantilo en todo lo referente a la Selección Campeona del Mundo no tuvo la prensa que merecía, tal vez por el perfil bajo de quien era presidente de la A.F.A.
Cuando el golpe de estado del ’76, la Selección Nacional estaba de gira por Europa. No bien volvió, César Luis Menotti (hombre de izquierda) presentó su renuncia la cual fue rechazada por Cantilo (cercano al Opus Dei). El Flaco contó que, palabras más, palabras menos, el titular de la A.F.A. le dijo: ideológicamente, usted y yo nunca estaremos de acuerdo, pero futbolísticamente, sí. Vaya, trabaje y gane la Copa; después yo me voy.
Cuando la obtención del título Mundial, Cantilo (contra todos los pronósticos, incluso el de Menotti) presentó la renuncia que le fue aceptada meses después.
Apenas había estado tres años en el cargo que pasaría a ocupar Julio Grondona que llegó por cuatro años y se quedó 35.
A la distancia (y por lo inevitable de la comparación) aquel homenaje nacional a Alfredo Cantilo no pudo ser más justo. Y los sanrafaelinos fuimos testigos.
Por Roberto Armando Bravo/Roberto Bravo.
